miércoles, 24 de febrero de 2010

Vivienda económica de interés social: Del experimento estatal al ensayo civil


Villa Soldati. 1976. estudio STAFF


Memoria descriptiva.

Todos los lunes durante un par de años de la escuela secundaria tenía examen de contabilidad. En la mayoría de esos exámenes debía liquidar sueldos y descontar de cada uno de ellos un 5% para el Fondo Nacional de la Vivienda (FONAVI). Si bien es difícil precisar la cantidad de dinero que destiné para la vivienda social, al menos puedo decir que no ha sido poco. Qué decir entonces del dinero que manejaba el Estado en términos reales. Durante la década del ochenta la actividad de la construcción de viviendas colectivas de manos del Estado argentino alcanzó su punto de inflexión. Luego de casi veinte años de progresiva desaceleración, todos los sinónimos de estas operatorias habitacionales vuelven a mencionarse aunque aun sin una razón concreta.


Todas las ciudades son ideales.

La vivienda de interés social tiene una corta tradición. Su historia puede circunscribirse casi a lo ocurrido en el siglo XX. Las experiencias iniciales del siglo XIX habían sembrado la idea naturalizada del problema habitacional dentro de la demanda higienista que consideró adecuado el establecimiento orgánico de las clases trabajadoras en los centros industrializados. Durante el siglo veinte se consolidó el concepto mediante grandes construcciones residenciales que han servido como herramienta de reactivación económica y política para los estados necesitados tanto de nuevos núcleos urbanos destinados a sus crecientes poblaciones como de procesos de reconstrucción de ciudades históricas en los períodos de posguerra.

En el siglo XXI, la vivienda colectiva de fomento sigue siendo aún un problema nuevo para todas las disciplinas.

Desde su aparición tuvo en la arquitectura a un importante elemento mediador de la relación del Estado con las ‘clases populares’. Los estados-nación en sus diferentes expresiones han desarrollado planes de vivienda como consigna de acción de sus obras de gobierno.

En las últimas dos décadas los países desarrollados han polarizado la política sobre el problema habitacional. Las posiciones cercanas al welfare state se vieron enfrentadas con otras vinculadas a la iniciativa privada con la lógica del mercado, quedando en manos del Estado sólo los casos de extrema necesidad.

Sin embargo, para iniciar algún relato sobre este tema que encuentre una justa dimensión, es necesario que se aborde sin el contenido de naturalidad que nos instala la mirada cotidiana.

Habrá que decir para ello que este tema implica una experiencia mundial única en la historia. La aparición de infinidad de casos que han desarrollado -mediante conjuntos habitacionales que superan como mínimo el millar de viviendas- nuevas ciudades, dentro de ciudades ya existentes o en las afueras de ellas, cercanas a nuevos polos industriales o incluidos en ellos, es un fenómeno de civilización de suma singularidad. Estas ciudades modernas, producidas de la nada, ejecutadas de una sola vez, constituyeron un impulso vital de confianza en las sociedades urbanas más allá de las tradiciones.

Es probable que la escasez de estas experiencias en las últimos tiempos nos contrasten aun más la mirada del problema bajo el aspecto del extrañamiento. O por lo contrario que la cercanía cotidiana, en todos los locales de juegos en red, con el Simcity –juego virtual que permite hacer uno mismo una ciudad desde sus mismos ejes de fundación- produzca asombro al confrontar esa situación con aquellos exponentes reales construidos en el pasado; como si realmente hubieran sido fruto de otra civilización. Un asombro semejante al que le provoca al habitué del Strike Counter la lectura en el diario de un asesinato masivo en un lugar remoto.

Cuando en la historia de la arquitectura se estudia a las ciudades ideales, por lo general relacionadas con nociones utópicas –renacentistas, fourieristas, anarquistas-, se plantea la relación del proyecto en el papel con la proyección de un escenario social no consumado. Una idea de sociedad se refleja en un concepto de forma. El hecho de la no concreción de los proyectos le da cifras a una relación invariable de lo ideal con lo no realizado.

De todas maneras, el rango de ‘ideal’ no persiste en las definiciones cuando finalmente se concretan los proyectos. ¿Pero qué ocurre cuando comprobamos que las ciudades ideales han sido construidas al extremo?


Vivienda social, experimento estatal.

En apariencia, la condición de necesidad que impone la consigna “vivienda digna para todos”, propuesta por todos los formatos del poder político, impone siempre una prioridad por sobre la consideración de causas y efectos provocados por las nuevas ciudades ideales construidas y cuanto menos diluye cualquier interpretación relacionada con nuevos órdenes urbanos y sociales. Este desplazamiento conceptual convierte en natural, por prioritaria, la condición cuantitativa de la vivienda de interés social. Es decir, no parecería serio hablar de especulaciones teóricas o, al menos de juicios interpretativos, cuando hay un problema tan importante y tan grande para resolver.

Sin embargo el contenido de verdad que conlleva la vivienda social como cometido político no puede separarse de su nivel de experimentalidad en términos teórico-prácticos. Existe una condición ineludible para una tradición constructiva como esta que se propone la producción de un fragmento de ciudad totalmente nuevo: el grado de incertidumbre de sus consecuencias. Las consecuencias no son previsibles. Nunca entonces podría decirse menos precisa la condición de EXPERIMENTO SOCIAL para los intentos de construcción de conjuntos de viviendas económicas.

A lo largo del tiempo, los conjuntos de viviendas han variado en sus densidades, implantaciones, configuraciones, detalles constructivos, sistemas de financiación, espacios públicos, tipologías privadas, etc., luego de las diferentes conclusiones que se han obtenido años y hasta décadas después de su construcción. Dichas consecuencias son las que más sensibilidad han despertado a los que se propusieron reflexionar sobre los cambios de rumbo de la arquitectura. Tal vez se puede suponer que la sensibilidad se acrecienta cuando la arquitectura no sólo establece su representación simbólica sino que además se convierte en un intermediario de las conductas sociales, como en el caso de la vivienda masiva.

Charles Jencks propuso la fecha de la demolición del edificio bloque de viviendas de Pruit Iggoe en 1972 como la del fin de la modernidad y el inicio de la post modernidad. Por ese año el conjunto Ciudadela (conocido popularmente como Fuerte Apache) estaba a punto de ser habitado para ser demolido treinta años después por razones muy similares –aunque deben precisarse con mayor profundidad- a las que Jencks determinó como causales de cambio histórico.

Los ciclos de vida de los conjuntos de vivienda hablan de experimentos comprobables no poco tiempo después de su efectiva ocupación y, por esa razón, irreversibles.


Mercado: el experimento como producto.

En estos años hemos visto situaciones de contexto -en lo que a políticas habitacionales se refiere-, que van desde la recolonización hasta el aprovechamiento de los recursos existentes. En el primero de los casos la experiencia del Vinex Plan realizado en Holanda en esta última década (95-05), luego de la decisión de no seguir avanzando sobre el mar, resultó una cruzada de acción colonizadora del suburbio holandés dentro del mismo corazón verde a una velocidad de 100.000 viviendas/ año. El plan representa la centralización de toda la construcción holandesa para cubrir la demanda numérica del crecimiento de población. Las consecuencias de este experimento se traducen en la cantidad de críticas/ habitante que se vienen recogiendo desde hace casi un lustro. En el otro frente el London Housing Board planea las formas de reutilización de 100.000 viviendas desocupadas en Londres dentro del dilema del encogimiento de ciudades de la Europa infértil, demográficamente hablando.

La combinación de ambos factores del mundo estatal europeo ronda al contexto argentino de la iniciativa privada y puede condensarse en el fenómeno colonizador de la vivienda suburbana adjudicado de manera insistente a la década del ´90, mediante la producción de aldeas amuralladas ideales en el cordón bonaerense que, a su vez, propició una considerable cantidad de ofertas y oportunidades para la vivienda y la edificación disponible sin ocupar en la ciudad de Buenos Aires.

El mercado inmobiliario condujo este fenómeno combinado convirtiéndose en el agente planificador más importante a nivel urbano y territorial. Muchos trabajos escritos sobre el tema dan cuenta de la multiplicidad de factores socio económicos en el traslado de algunos sectores de la clase media hacia la periferia, pero sin duda la suma de factores modeló un producto muy definido.

Las partes componentes de la gestión inmobiliaria actúan sobre escenarios en los que las apuestas y riesgos de los emprendimientos lucen a nuestros ojos, tal vez por su aspecto de objeto de consumo, como operaciones absolutamente comprobadas, pero, si bien hay mayores recaudos al momento de la inversión, no debería verse con soslayo el nivel de incertidumbre que también las acompaña. También son experimentos, pero su elevación a la categoría de productos los ubican en otro rango de interés por su integración al mercado. Nordelta y los barrios lacustres del área del río Luján (ver algunos de ellos en Summa+69) son ejemplos del caso. En estos casos los diferentes niveles de adaptación de cada vivienda a las necesidades de su futuro propietario hacen una diferencia con el Vinex Plan, donde las viviendas, aunque también son unifamiliares, no presentan mayor grado de personalización que cualquier exponente tradicional del social housing de posguerra.


El ensayo civil.

El estado y el mercado han posibilitado la vivienda para las clases más pobres y las de mejores ingresos casi alternadamente. Puede decirse con la impunidad del lugar común que han sido tan pendulares como las posturas del poder político relacionadas al rol del estado.

En ambos escenarios, la habitual relación jerárquica de los medios productivos impone y administra los riesgos de la operación, que siempre se traducen en experiencias de prueba y error. La relación de los datos formales con los datos sociales resume el mismo nudo de problemas tanto para la producción de un conjunto de doscientas unidades de vivienda como para el trazado de una ciudad ideal. La arquitectura de estado establece la relación con los ciudadanos en una apariencia poco dinámica o en una representación del ciudadano ideal. La representación ciudadana que ejercen las autoridades se invierte cuando el estado prefigura de modo representativo la forma de vida de sus ciudadanos.

Debemos asumir esta situación como una experiencia política.

La ciudad del siglo XIX y las experiencias civilizadoras que tuvo la Argentina de la generación del 80 se formaron y creyeron respectivamente en el dato científico que les proveía su inmediatez con el positivismo. No era casual que la mayor parte del cuerpo intelectual y político estuviera integrado por médicos y naturalistas. Por una razón cercana a nuestros últimos acontecimientos como país, no es muy extraño pensar que la acción civil sea un fuerte componente para consolidar otro nivel de estructuras de conocimiento y ejecución de programas.

Las áreas del tercer sector aun no se han involucrado y no han encontrado aun su lugar en entre el mercado y el estado.

¿Cual será la expresión más democrática para el trazado de un conjunto de viviendas en todos sus niveles de ejecución incluida la composición interna de las mismas unidades?

¿Es posible considerar a la vivienda económica como un experimento de responsabilidad colectiva, un ensayo de interés civil? Esto es, incluyendo en el proceso de producción a todos los actores del proceso político-constructivo (organismos del estado nacionales y provinciales, arquitectos, ingenieros, sociólogos, empresas constructoras, desarrolladores inmobiliarios, organismos de financiación y, principalmente, a los futuros habitantes?


Gustavo Dieguez.

Summa+ 71. Febrero 2005

martes, 23 de febrero de 2010





V ENCONTROS DE ARQUITECTURA EN GALICIA            8-9-10 NOV 2007
COMITE CIENTIFICO FELIX ARRANZ WILFRIED WANG RICHARD BURDETT XAVIER COSTA DANIEL SILBERFADEN


Por dónde se empieza a diseñar ¿Cuál es el proceso que lleva desde la idea inicial a un proyecto construido?

Este era el objetivo principal de estos Encuentros : mostrar las diferentes formas de enfrentarse a un proyecto de unos cuantos arquitectos, más o menos conocidos, del panorama arquitectónico mundial.

¿Quién no ha oído nunca esa idea, algo absurda, de que los arquitectos recibimos una especie de “inspiración brillante” que nos sirve en bandeja el diseño que buscábamos? 
La experiencia nos enseña que detrás de cada proyecto finalizado hay un largo proceso, plagado de dudas, pruebas, errores, y sobre todo experimentación y crítica. 
Es precisamente esa investigación y búsqueda de la respuesta adecuada al problema, enfocada de forma particular por cada profesional, la verdadera forma de proyectar .
Dado que se trata de dar una visión global de la multiplicidad de respuestas que se pueden dar al hecho arquitectónico quizá, en la práctica, la mejor estrategia sea hablar de casos particulares que aporten una visión de conjunto, encadenándolos por afinidad más que por orden cronológico.

Veamos cómo diferentes preguntas llevan a diferentes respuestas…

¿Qué ocurre si decidimos basar nuestro proyecto en un mejor aprovechamiento de recursos ?

Esta es la pregunta que se hace Thomas Herzog , preocupado por el derroche energético actual y decidido a minimizar el consumo en sus construcciones. Herzog muestra como ejemplo el edificio administrativo del Supplementary Pension Fund  of the Building Industry SOKA-BAU , en Wiesbaden, Alemania, para explicarnos qué factores se deben tener en cuenta a la hora de construir un edificio que cumpla las exigencias de seguridad, a la vez que los requisitos de ahorro energético.  Para Herzog, el conocimiento de las características del lugar es básico para saber cómo aprovechar al máximo sus posibilidades. De esta forma, estudios de viento se hacen indispensables para garantizar una correcta ventilación minimizando las pérdidas térmicas; a la vez que se pretende evitar el calor solar sin tener que renunciar a la luz natural, utilizando la tecnología en beneficio del ahorro. 
Esta forma de construir requiere una búsqueda constante de la solución más adecuada en cada caso, aprovechando las experiencias previas.
A lo anterior se podría añadir que la arquitectura contemporánea puede participar en un contexto sin avasallarlo :

La naturaleza y el entorno, para Creus y Carrasco son bienes importantes y necesarios a tener en cuenta a la hora de proyectar. En su propuesta para la Fundación Luís Seoane , se apoyaron en un edificio preexistente sin apenas valor arquitectónico, aprovechando de él lo que tenía interés, en este caso la rotundidad de los muros de piedra del viejo cuartel militar, su valor tectónico, deshaciéndose de todo lo superfluo en aras de una mejor relación con el entorno. El edificio final apenas se abre al exterior, debido a necesidades del programa, y sin embargo la forma en que los espacios interiores y exteriores se interconectan es una parte fundamental del proyecto. En una situación delicada, adosados a una antigua iglesia, al borde de la muralla de la ciudad histórica de A Coruña, y a dos pasos del mar, crean un edificio que genera espacio público poniendo en relación la ciudad con el interior del edificio de forma fluida.Por otra parte, el contexto de la arquitectura puede leerse de forma ligeramente diferente, asumiendo y valorando su dimensión humana.

Janina Masojada junto con Andrew Makin forma el estudio de arquitectura sudafricano OMM Design Workshop. El proyecto para la Nueva Corte Constitucional de Sudáfrica parte de la idea de que la arquitectura puede tomar parte de un contexto político y ayudar en la creación de una identidad popular común. En un país de enormes contrastes, se trata de construir una identidad local colectiva: hace falta un edificio que sea representativo para todo el país. Hay que de tener en cuenta el lugar y las personas, respondiendo a sus necesidades. Hay que enfrentarse al futuro sin olvidar el pasado. Masojada y Makin plantean un edificio que trata de representar los nuevos ideales de la nación, donde cada persona se sienta a gusto y pueda ser escuchada. La arquitectura se hace legible como metáfora de la transparencia y legibilidad de la nueva Constitución: lo que se ve es lo que existe. De igual modo, las relaciones espaciales entre las partes del edificio intentan reflejar las relaciones sociales. El proyecto incluye un amplio programa decorativo en colaboración con múltiples artistas locales.

Para el arquitecto chileno Alejandro Aravena , y el proyecto Elemental , la arquitectura tiene que ayudar a sus usuarios a superar la pobreza. En este sentido, aprender a diseñar con escasez de medios es importante; el diseño debe aspirar a su irreductibilidad, ser específico, capaz de responder a todas las necesidades con el mínimo de recursos. Desarrollo arquitectónico e investigación científica van de la mano con el objetivo de construir viviendas de calidad (más grandes y mejor construidas) en grandes cantidades. Para que estas iniciativas funcionen, las viviendas han de tener la capacidad de revalorizarse con el tiempo, de forma que ayuden a sus dueños a crearse un patrimonio. Una vivienda se revaloriza si está bien situada, si se crea espacio colectivo y si el diseño estructural conjuga el máximo de flexibilidad con el mínimo de tecnología. Es importante que las viviendas estén bien situadas, además, para que sus dueños no se vean obligados a abandonar sus relaciones sociales y laborales. 
La autoconstrucción, defiende Aravena, es un factor a tener en cuenta a la hora de hacer este tipo de proyectos, así que el diseño deberá poder absorber este tipo de actuaciones sin menoscabo del concepto inicial. Este tipo de iniciativas están siendo construidas y su efectividad ampliamente comprobada como se puede observar en la Quinta Monroy , en Iquique, Chile.

Los franceses Lacaton y Vassal también apuestan por la regeneración de los barrios por medio de la revalorización de la vivienda. 
La vivienda es signo de calidad de vida, así que toda investigación y desarrollo de nuevas tipologías habitacionales mejorará las condiciones de los habitantes. Hay que atender a la economía de recursos y energía, y buscar una vivienda urbana (más sostenible) con la calidad de la rural. En el proyecto de creación de Viviendas semicolectivas en Mulhouse , Francia, en un antiguo barrio obrero, estudian la necesidad de crear nuevos tipos de vivienda que se adapten a las nuevas unidades familiares, el piso tradicional ha quedado obsoleto. Se parte de la idea de loft en dos alturas con jardines de invierno en todas las viviendas, hasta llegar a una solución versátil con viviendas mucho más amplias y confortables. 
En el Proyecto “+” PLUS , Lacaton y Vassal afrontan la transformación de viviendas sociales de los 60 en otras a la altura de las circunstancias. La idea que plantean para revalorizar los barrios consiste en descongestionar el edificio en vez de demolerlo, y construir las viviendas que faltan en los terrenos libres circundantes, aumentando la densidad de la zona, en vez de expandirse con viviendas unifamiliares. Se trata de evitar en lo posible los desalojos de los habitantes mientras dura el proceso, que consiste en ampliar unos metros los espacios hacia el exterior, incluyendo galerías y terrazas que mejoran la calidad de vida y el valor de la propia vivienda.Se hace patente, por otro lado, la existencia de una línea de investigación formal en la que los arquitectos superan la ortogonalidad a favor de la búsqueda de la eficiencia de los espacios .

Carme Pinós es una de ellos; una de las características que se pueden deducir de sus proyectos es la importancia que la arquitecta concede a la experiencia sensorial de los espacios, al modo en que el edificio influye en las personas. Dos de sus últimos proyectos, que todavía no se han empezado a construir, se insertan en el tejido histórico de la ciudad, donde todas las piezas están muy encajadas entre sí, con pocos espacios públicos y calles muy estrechas. En ambos, tanto en la Sede de la Delegación de las Tierras del Ebre , en Tortosa, como en la Plaza Gardunya , en Barcelona, muestra un interés por la creación de espacio público teniendo en cuenta, sin embargo, la escala del contexto, por lo que en vez de una gran plaza, propone pequeños espacios articulados en relación con su propuesta. 
Otro tipo diferente de proyectos de Pinós son las torres, y como ejemplo la Torre Cube en Guadalajara, México, y el proyecto para torres de viviendas y oficinas en L'Hospitalet , Barcelona. Es en este tipo de construcciones donde investiga y se replantea la idea de torre convencional, planteándose la forma más conveniente para conseguir una mayor iluminación y ventilación.

Zaha Hadid . A estas alturas es casi una obviedad decir que su arquitectura no es ortogonal. Efectivamente, esta arquitecta se basa en las curvas, los recorridos, las líneas del terreno…. A nadie le extrañará saber que su forma de proyectar tiene su origen en experimentos con la pintura abstracta y que gran parte de su inspiración la encuentra en la naturaleza. 
En sus proyectos hay una clara intención de fundir el paisaje con el edificio, en lo que podríamos llamar arquitectura topográfica . Superposiciones, agrupaciones de espacios, de estructuras, de líneas sinuosas… de ahí salen sus edificios. Los espacios en sus obras conducen unos a otros en un fluir de volúmenes y recorridos.

En palabras de Eduardo Arroyo , la necesidad de búsqueda procede de la insatisfacción. 
Los espacios son para vivirlos, para disfrutarlos, y son los usos los que deben determinarlos, tema que ejemplifica en el proyecto de guardería en Sondika , Vizcaya, donde son los niños, con sus dimensiones y necesidades, los que condicionan espacio, la estructura e incluso los cerramientos. La Casa Levene , en San Lorenzo del Escorial, se sitúa en un antiguo bosque, y una de las condiciones del encargo era respetar al máximo la arboleda. Esta idea de crear un diálogo con los árboles, junto con la normativa, que exigía unas pendientes de cubierta determinadas, sumado todo al especial modelo familiar de los futuros habitantes, es determinante a la hora de dar forma a la vivienda. En la Plaza Desierto , Barakaldo, la forma final proviene de la distribución de los diferentes materiales y la intención de crear pequeños microespacios para diferentes usos y con distintos grados de privacidad.

Álvaro Siza , es quizá, de todos los participantes, el más difícil de clasificar; hay muchos factores que tiene en cuenta a la hora de proyectar, de modo que casi podría decirse que sigue como método el estudio de todas las necesidades en cada caso, que confronta con las restricciones existentes para buscar la forma que mejor solución puede ofrecer. 
Como ejemplo, la Fundación Ibere Camargo en Porto Alegre, Brasil, edificio construido en una vieja cantera, en la ribera del río, y con los requerimientos típicos de un programa expositivo. 
Llama la atención la importancia que le concede a los dibujos y croquis previos a la hora de exponer un proyecto.

Rafael Iglesia , considera que la experimentación sirve para el aprendizaje, para avanzar. Haciendo arquitectura es como se aprende a hacerla. Hay que desconfiar; en ello se basa la experimentación. 
En la arquitectura de Iglesia, hay algo que llama la atención, y es como convierte el peso en una solución, y no en problema, cómo hace que la gravedad trabaje en su beneficio. El peso de los elementos pasa a ser un aliado, aunque en casos como el edificio San Luís , en Rosario, cuya base estructural es un sistema de vigas superpuestas, no resulte sencillo comprender la forma en que se sostienen.
La valoración de la piel es uno de las más contemporáneas actitudes ante el proyecto:

Los suizos Gigon & Guyer , en sus propuestas para el Museo del Transporte de Lucerna , parecen dejar que el uso interior del edificio se extienda a su piel exterior, para que al espectador le quede claro qué es lo que se va a encontrar dentro. 
El significado desaparece detrás del significante en los edificios propuestos para este parque museístico, así en las fachadas de uno aparecen ruedas de diferentes medios de transporte, mientras que está en proyecto cubrir otro de los volúmenes con viejas señales viarias.
Otros arquitectos, en cambio, a la hora de proyectar se preocupan más por la sinceridad constructiva de sus obras como factor fundamental.

Para Joseph Lluis Mateo , el edificio ha de expresar lo que es y cómo lo es. Esta forma de concebir la arquitectura concede gran importancia a la estructura, como elemento organizador de la obra, hasta el punto de que uno de los objetivos es intentar que los “huesos” de edificio formen parte a la vez de su “piel”. 
Esto no quiere decir que Mateo despoje a sus obras de una componente poética, como demuestra en la Nueva sede para el Landeszentralbank en Chemnitz, Alemania, donde una idea subjetiva del arquitecto —que el edificio sea sólido y a la vez ligero, como un cubito de hielo—, se suma a las necesidades constructivas y de seguridad propias de un edificio de esas características. En esta obra el pasado de la ciudad cuna del movimiento obrero, hace que la construcción de un edificio emblemático del capitalismo, como lo es un banco, necesite de una reflexión profunda que enlace el edificio tanto con el pasado como con el futuro.

Para Yung Ho Chang , el edificio tiene que contar en el exterior qué es lo que ocurre en el interior, y para llegar a conseguirlo hay dos temas fundamentales que hay que tener en cuenta: el espacio (el referente al programa en sí y el urbanístico, que se genera al implantar el edificio), y el material, tanto de la piel como del paisaje. 
Cuando el estudio recibió el encargo para el Centro de desarrollo de Software para la Ufida R&D , en Beijing, China, se replantearon la forma de trabajar, y por tanto de relacionarse, de los futuros usuarios. Las rutinas de los trabajadores les hicieron pensar en la importancia de los espacios de relación, tanto interiores como al aire libre. 
Se crean espacios prototipo que se van alternando según las necesidades, intercalados con patios de diferentes tamaños a diversas alturas y zonas de terrazas. 
La conexión con la ciudad, tanto histórica como físicamente, es algo a tener en cuenta a la hora de proyectar. Los materiales de la piel del edificio, así como la cantidad, el tipo y el tamaño de las aperturas de fachada nos hablarán de lo que ocurre en el interior. Esto conlleva una investigación que se extiende hasta el momento mismo de la construcción.
Otra corrientede proyecto es la investigación de nuevos usos de elementos constructivos y materiales .

Uno de los principales exponentes de esta actitud es, sin duda, el japonés Shigeru Ban . Con el objetivo de dar rápida respuesta a las necesidades básicas después de grandes catástrofes, inició el desarrollo de una arquitectura basada en el empleo de elementos prefabricados, tubos de papel y materias primas fáciles de conseguir en la zona del desastre. El objetivo es la rapidez, la eficiencia y la facilidad de montado y desmontado de los elementos, al menor costo posible. 
Este uso de materiales en origen no constructivos lleva aparejada una técnica constructiva también diferente, en la que la modulación adquiere un valor mucho más importante que en otras formas de construcción.
Por último, en un discurso en el que se habla de procesos y métodos de proyecto, no deberían faltar los que, precisamente, defienden el no-método:

Método equivale a inflexibilidad, para los ingleses Sergison & Bates . El proyecto es una forma de investigación que nunca acaba, el propio proceso constructivo se toma como laboratorio de pruebas, en el que la tensión existente entre el concepto y la materialización del concepto es la que dirige el proceso proyectual. 
En su estudio diseñan de forma cooperativa, con debates e investigación, intentando acoplar el proyecto al lugar de forma anónima, sin pretensiones de convertirse en iconos. 
El proyecto de Centro de Artes Aplicadas en Ruthin , Gales, Reino Unido es el ejemplo elegido para explicar su proceso de diseño. Defienden, entre otras cosas, que el edificio debería ser formalizado de acuerdo con las actividades que se llevan cabo en su interior; que los materiales locales deberían ser relevantes para conectarlo materialmente con el lugar; que las condiciones exteriores influyen mucho en la resolución formal del proyecto.

Aquí concluye el rápido repaso a la gran variedad vista en el encuentro. Una vez acabadas las conferencias, y después de haber visto obras de estos 15 arquitectos, sus diferentes maneras de enfrentarse a un proyecto, queda patente que no hay una fórmula mágica para diseñar, ni un discurso con más validez absoluta que otro. Cada arquitecto crea su propio método a partir de su propia experiencia, de sus inquietudes, y por lo tanto se trata de algo se irá modificando a lo largo de toda su trayectoria profesional.Invito al lector a hacerse las preguntas que han movido a los organizadores del encuentro: 

¿Cuál es tu método? ¿Cuál quieres que sea?
Porque sí hay algo universal: la certeza de que sin preguntas, no hay respuestas.

Contribución de la Universidad al desarrollo de la Ciudad



Las Universidades y la Ciudad
Las Universidades han desempeñado siempre, desde su nacimiento en la Edad Media, un papel destacado en la historia de las ciudades en las que se han asentado, como motor de desarrollo no solo cultural sino también social y económico.

Las Universidades, como ámbitos del saber, han atraído a todos aquellos con inquietudes por ahondar en el universo del conocimiento, avanzar mediante el cuestionamiento de las ciencias e investigar nuevos caminos para el progreso. Sin embargo, la emergencia de la sociedad del conocimiento ha traído consigo una redefinición de la relación universidad – ciudad y también, dentro de este espacio territorial, de las relaciones que se establecen en ese triangulo que componen las universidades, las empresas y las administraciones publicas.

Las Universidades han trascendido hoy el estricto ámbito académico en el que tradicionalmente han desarrollado su actividad formativa e investigadora para extender sus efectos sobre el conjunto de la sociedad y son, más que nunca, polo de atracción de población (una población básicamente joven), y de generación de riqueza, debido a su clara repercusión en la creación de empleo, tanto directo como inducido. Las Universidades se han convertido en uno de los signos de identidad que mejor definen a las ciudades y su posicionamiento socioeconómico y cultural y uno de sus principales atractivos para la inversión, debido a su intervención como agentes dinamizadores del cambio urbano e impulsores de la innovación y a su capacidad para transformar la información en conocimiento.

En la sociedad actual la universidad juega un papel relevante en relación con la ciudad, en colaboración con la administración y otros agentes económicos y sociales, en la generación de bienestar y riqueza. La ciudad y la universidad deben estar juntas en todo aquel proyecto que posibilite la retención de personas creativas y con talento, pues éste es el mayor activo para una ciudad. 

Contribución de la Universidad al desarrollo de la Ciudad

Ningún territorio prospera si no se conecta adecuadamente con las fuentes de la innovación y de la producción. Las Universidades ofrecen oportunidades extraordinarias para las políticas de innovación a todos los niveles (locales, regional, nacional). Tomando como base el conocimiento existente en su ámbito geográfico, las ciudades se van conformando como polos de desarrollo que se apoyan en las existencia de una serie de ventajas comparativas que se pueden dar en el conjunto del territorio y que, al final, se convierten en su propia imagen de marca.

Estos polos se constituyen a partir de la estructura económica (actividad empresarial), de la accesibilidad (vías de comunicación), de la calidad de vida (vivienda, espacio público, actividades de esparcimiento, culturales, servicios, etc.), y de la actitud para la Innovación, para la Empresa y para la Cooperación. Está demostrado que las ciudades que experimentan un mayor ritmo de crecimiento y progreso tienen en cuenta estos elementos. La educación y la formación constituyen un factor clave para la creación de polos de desarrollo.  Por ello, las ciudades más desarrolladas prestan especial atención a la creación de una fluida comunicación entre las universidades y las empresas. Los parques científicos son también un instrumento muy utilizado por las ciudades, cooperando con sus universidades, para crear espacios favorables de comunicación y al nacimiento de nuevas empresas.

Una Universidad moderna y madura debe ser capaz  de realizar un ejercicio de “capilaridad social” en su propio entorno socio-económico activando a pleno rendimiento su papel esencial como motor intelectual de la sociedad. La Universidad parece tener por abrir a la ciudadanía los cursos, conferencias o seminarios que programe y de los que podrían nutrirse las personas y organizaciones sociales más comprometidas de nuestra sociedad, abriendo las barreras del campus e invadiendo la ciudad con todo el saber, el conocimiento y el rigor del que puedan hacer gala.



sábado, 20 de febrero de 2010

El museo en el imaginario de la arquitectura

La dialéctica forma-función tan difundida en la discusión inicial de la arquitectura moderna no ha perdido vigencia. Sin embargo el museo contemporáneo se enfrenta a otra disyuntiva planteada posteriormente con la llegada de los cuestionamientos a la modernidad como es la relación conflictiva entre arquitectura y ciudad.

En el último tiempo el museo ha sido el depositario más efectivo de los fenómenos de renovación urbana apoyada en la dinámica de transformación de la ciudad a través de la fascinación comprobada por la carga expresiva de estos objetos con valor de novedad: una suerte de ley de derrame tan común para el lenguaje de las recetas económicas internacionales, encarnada desde modelos de desarrollo urbano. El efecto Guggenheim iniciado con la pieza ejemplar de Bilbao define a esta descripción de la manera más cabal. Una mundialización franquiciada de prestigio cultural que se asocia a las oficinas de desarrolladores urbanos que auspician que el ancla de estas naves puesta en tierra atraerá no solo visitantes sino inversores inmobiliarios de alta gama. Todo ello habla de la exposición de la expresión, el privilegio en la imagen urbana y el consecuente recorte de los museos como objetos en el perfil de las ciudades y el espacio público. La idea de institución, y como tal de entidad perdurable e imperturbable tanto en su rol como en su representación social, deposita toda la expectativa en la ecuación que supone explotar esa vocación inmanente de los museos de representarse como hitos convocantes de una sociedad multicultural y democrática porque luego se podrá verificar en su interior el corrimiento de la arquitectura del centro de la escena bajo la lógica inexpresiva del white cube que encarna la neutralidad y la igualación del espacio desde la democratización de las obras en su mutua implicación.

Templo, depósito, colmena, mall; sustituciones que tejen metáforas sobre la real condición simbólica, que no será otra cosa que su propia identidad, tampoco terminan de aportar en apariencia una actualización institucional al modelo forjado en el siglo XIX en tanto intenten resolver su forma con la de la historia de las obras o el concepto de arte como historia del arte. El museo que define su naturaleza como contenedor de piezas de la historia ya se consolidó como una convención tan rígida en la vinculación entre la sociedad y las obras como lo son los hospitales en su estricto organigrama funcional.

La imaginación de la arquitectura no puede hacer otra cosa que seguir poniendo en el centro del problema a sus propias incertidumbres teóricas y a la pulsión expresiva por la autonomía del arte que la propia disciplina detenta y ambiciona detrás de su ocultamiento como una técnica al servicio de la sociedad. No es una imaginación heterónoma porque sus propias reglas de juego la instalaron como agente del cambio.

Si el rango que se asocia a esta categoría de edificios se aplica a la reciente declaración, post crisis financiera mundial, de Zaha Hadid que los relaciona con la esfera de los objetos de lujo innecesario como lo son los bolsos Chanel, sin duda no se está haciendo otra cosa que asimilar la moda y el consumo de la manera con que el arte se despliega por la sociedad contemporánea como mercancía pero bajo la idea de que lo suntuario del arte es constitutivo de su mutua vinculación con el hecho arquitectónico. Si eso fue posible no ha sido por otra razón que porque los nuevos modos de producción artística no han atentado lo suficiente contra el cobijo que las instituciones desde su matriz arquitectónica les han ofrecido.


Mobile Art, Contenedor de Arte Contemporáneo CHANEL por Zaha Hadid.

La apuesta mas fuerte que se pudo hacer desde la arquitectura dando autonomía a su expresión fue al precio de mantener en suspenso la discusión por los formatos de exhibición, que en algún sentido siguen estando determinados por las limitaciones expresadas por el contenedor que constituye el museo.

¿Será el tiempo de suponer que las nuevas expresiones del arte sean las que modelen un nuevo tipo de museo y una arquitectura afin o solo habrá que pensar como salida apresurada que la muerte del museo nos augure un nuevo comienzo?

Nuestra experiencia nos acerca a un pensamiento crítico sobre las instituciones, entre ellas el museo, como entes cristalizados no sólo desde el plano físico. Su reformulación es una expresión de deseo al solo efecto de que resulten transformadas en hecho sociales tan poco permanentes como la vida de los acuerdos humanos. La política del instante que de allí se desprende convierte en efímera la situación institucional obligando a replantearse cada vez los modos de relación entre los gestores, los artistas y el espectador como consumidor. Las obras como hechos cada vez menos permanentes y más delicadamente friccionados con el aquí y ahora auspician una relación más franca con lo no permanente de modo que la propiedad de la obra que ahora define el trasvasamiento del esquema capitalista -y del coleccionismo como su figura- en una operación de gestión cultural acumulatoria y cuantitativa que deviene en legitimatoria, se supere en una franca relación horizontal entre las voluntades puestas en juego. Algo así como la transformación de una institución de la cultura en múltiples formatos sociales que supongan una cultura de las instituciones.

Gustavo Diéguez

(abstract de la intervención de a77 -Gustavo Diéguez y Lucas Gilardi- en la mesa redonda armada bajo este título - ArteBA09- 25 de mayo de 2009. Participantes: Giuseppe Caruso, Martín Fourcade, Jorge Silvetti, Estudio a77: Gustavo Diéguez [Universidad de Palermo] y Lucas Gilardi. Auditorio ideado y coordinado por: Andrea Giunta)

jueves, 18 de febrero de 2010

Arquitectura no es una caja estanca



Entiendo el “estudio / taller de arquitectura como una manera de trabajar, como actitud, como proceso, más que como un lugar donde se realizan proyectos / obras.  Cuando te plantean que expliques como es el estudio, en qué y como se trabaja, me doy cuenta de que no hablamos de un momento concreto, ahora, enero 2005, sino que es un proceso en continuidad desde que en algún momento te planteas la arquitectura como vehículo de interacción.

 De la misma manera, no hay un proyecto académico emblemático, sino que desde ese proceso los diferentes ejercicios se desarrollan a partir de unas constantes que con el paso del tiempo se van resituando como si de un solo proyecto se tratara, independientemente del programa, la escala, los tiempos de desarrollo etc. Siempre se parte de un cero (0) relativo, se vuelve a replantear la mirada porque cada nuevo proceso te desplaza y reposiciona en función de sus características. Las ideas, los proyectos, las instalaciones, las construcciones, los escritos, la docencia, entendidos como producción de pensamiento (independientemente de su materialización) parten genéricamente de que la respuesta derive en una nueva pregunta intentando solucionar con este binomio las diferentes solicitaciones del encargo. Los procesos y los proyectos responden muchas veces a un intenso impulso intuitivo, sucediendo al final que acabamos formándonos con una serie de constataciones que una vez materializadas, superan lo que de ellas esperábamos, esto creo que se produce porque sencillamente pasamos del lugar / espacio imaginado al espacio / lugar vivido.

Es a partir de estos impulsos vitales que me interesan las instalaciones / acciones en su vertiente intuitiva, como laboratorio / práctica simultánea a los programas más “tradicionales”,  así trabajamos los proyectos como proceso abierto, pensando la arquitectura más desde la acción / actividad que se desarrollará que desde las formas resultantes.... como parte de la vida, como proceso temporal / energético que implica a la sociedad de manera que cada individuo ponga en positivo su mirada, alejándose poco a poco de los “pre-juicios” actuales.

En consecuencia entiendo el binomio arquitectura / sociedad como una sucesión de momentos más que como una sucesión de espacios importa más lo que pasa entre las personas que dónde pasa, alejándonos de la arquitectura como “símbolo” para acercarnos a las funciones de “soporte” donde los diferentes caracteres puedan reflejarse y coexistir...., resultante de este pensamiento, las diferentes propuestas derivan desde su complejidad en respuestas sencillas y esenciales, asumiendo que la potencia de la vida, lo imprevisto que deviene cotidiano siempre prevalece más que cualquier planificación prevista.

Entiendo que arquitectura no es una caja estanca, no es una mirada cerrada en si misma sino que constantemente establece continuidades con otros campos de trabajo contiguos.

Filosofía como Concepto,

Ciencia como Función.

Arte como Percepto (de percepción)

Como Filosofía / Concepto
Proyecto: “Piscinas Olímpicas de saltos en Montjuic – BCN”
Autor: Antoni de Moragas-arquitecto

La lectura del lugar y la relación con la ciudad que a la vez es territorio, topografía, naturaleza.
El programa como parte del proyecto solucionando las solicitaciones de una manera sencilla y a la vez efectiva.

Como Ciencia / Función
Proyecto: “Edificio FECSA en Av. Paralelo - BCN”
Autores: RGA arquitectos (Pere Riera, José mª Gutierrez y asociados)

Un solo elemento repetido y aplicado con rigor esencial vinculando un programa en planta libre de oficinas, la relación con la estructura urbana de la ciudad y el diálogo equilibrado por contraste con la preexistencia formalmente muy potente.

Como Arte / Percepto
Proyecto: “Ampliación CCCB - BCN”
Autor: Albert Viaplana-arquitecto

Mágica sensibilidad en una disposición armónica de aparentes opuestos.
De lo cerrado a lo abierto.
Del claustro a la ciudad.
Del interior al exterior.
De lo material a lo inmaterial.
De lo real a lo virtual.
De la transparencia al reflejo.
Una perfecta disposición del tiempo como instrumento de proyecto.

De todas maneras me interesa una Ciudad que consigue su identidad a través de lo cotidiano, con pequeños momentos espontáneos, y no a partir de una planificada singularidad. Prefiero la pátina del Casco Histórico a un barrio como Puerto Madero en el que cada intervención es un planteo del absoluto en sí mismo, en el que cada arquitecto ha querido aportar su “gran” grano de arena. Genéricamente esa es la actitud que tomamos todos los arquitectos y seguimos cometiendo los mismos “errores” me esfuerzo en tener presente permanentemente esa autocrítica para aprender desde lo natural y lo espontáneo e intentar liberarme de los “pre-juicios” del arquitecto.

A veces se apuesta por determinadas arquitecturas singulares / espectaculares.... pero para mí eso no es la vida, en este caso eso no es Buenos Aires, ni en otro caso eso no es Bilbao. De la misma manera que considero que un estudio de arquitectura no se define por momentos concretos y sí como proceso en continuidad, tampoco existe un proyecto concreto / emblemático sino que desde ese proceso los diferentes ejercicios pedagógicos se desarrollan a partir de unas constantes que con el paso del tiempo se van resituando como si de un solo proyecto se tratara, independientemente del programa, la escala, los tiempos de desarrollo etc.

 Lo que si que es común a todos ellos es que no ha habido una fórmula predeterminada para conseguir esos “encargos”, pero si una actitud cargada en todo momento de ilusión y convencimiento que deriva en la energía necesaria para poder desarrollarlos. Con el tiempo te das cuenta que es precisamente esa actitud en el día a día la que ha estado positiva y receptiva a todo lo que fluía alrededor, materializándose en diferentes situaciones y experiencias, desde el auto encargo de bajo costo pero de fuerte intención (instalaciones-acciones), al encargo siempre producto de casualidades y “co-incidencias”, pasando por los concursos públicos.

Con la objetividad que un relativo tiempo impone, me doy cuenta que mis preferencias sobre los proyectos desarrollados no dependen ni de una escala determinada , ni de presupuestos , ni de rendimientos económicos y que en definitiva prevalece el ocio sobre el neg-ocio. Somos profesionales liberales y la libertad (sobre todo de pensamiento, pero también de acción) es fundamental y más en la actualidad...., prefiero generar sistemas, a que el “sistema” me absorba, prefiero ser un punto más en una masa crítica de pensamientos diversos, a pertenecer al “sistema” de pensamiento único.

En este sentido la arquitectura como vehículo de interacción me ayuda, porque me demuestra cotidianamente que es posible realizar las aparentes utopías. De esta manera entiendo que a la vez que estamos ofreciendo un servicio al cliente dando respuesta a una serie de solicitaciones, también investigamos para optimizar la materialización de ideas que en un principio habían sido utópicas intuiciones , en un proceso de constante y rigurosa formación. BA 2005









El derrumbe, la fragilidad, la vulnerabilidad, la transitoriedad y la
precariedad de los vínculos y redes humanos permiten que los
poderes puedan actuar. (Z. Barman)




Buenos Aires no es la misma. BA Marzo 2005

Buenos Aires no es la misma que aquella de los ochenta y noventa, donde  nosotros los vecinos, corríamos de una esquina a otra del micro centro tratando de defender en las financieras, bancos y mesas truchas nuestro capital que se evaporaba de nuestras manos o viajando por “el déme dos”.

Buenos Aires no es la misma que en aquellos años del proceso,  donde nos pavimentaban las plazas, alguien decidía construir en el parque una inútil televisora color o voltear barrios enteros y consolidados de vivienda para atravesar inconsultas autopistas la ciudad. No es la misma que aquella de los ´60 y `70 que nos condenaba a vivir en edificios que ocupaban la totalidad de un lote con pasillos interminables y nos tocaba en suerte, “un chiche 2 ambientes, baño y cocina entre patios de aire y luz de 3 x 3”...

Buenos Aires no es la misma que aquella donde las autoridades y vecinos mirábamos para otro lado frente a la perdida del patrimonio histórico y arquitectónico.

Sin duda Buenos Aires ya no es la misma.

A partir de la crisis del 2001, el estado de confusión, la toma de conciencia de nuestro rol de ciudadanos, la pérdida de rol y de prestigio de los funcionarios públicos, la desaparición del sistema financiero y crediticio, convirtió a Buenos Aires  y su espacio público en un ámbito de protestas a veces racional, a veces emocional, a veces informada, a veces no, pero dispuesta a manifestar públicamente sus quejas, mas participativa, en muchos casos huérfanos de representantes que piensen en respuestas y en dar soluciones y promuevan debidos consensos donde convertir en hechos concretos tanto reclamo.

Buenos Aires hoy ciudad Autónoma a medias, discute sin representación, con un Gobierno que continua a otro Gobierno descabezado por una tragedia y por los juegos de la política que no está a la altura que merecen los vecinos y representados.

Buenos Aires crece hoy de manera que pocos recuerdan, de la mano de un código de planeamiento que asumió reglamentar la Ciudad de una manera y no de otra, de un código de edificación que atrasa cuarenta años, que sumó a su letra infinitos cambios que contemplan temas ausentes en anteriores versiones, pero tan absoluto que impide en muchos casos poder construir racionalmente sobre el lote fundacional. Que impulsa a sumar lotes  para edificar torres como remedio, a veces, inevitable.

Es cierto que las torres impactan en la ciudad consolidada, ciudad en crecimiento, la torre símbolo de la actual bonanza de la construcción, es también símbolo de la lógica económica y símbolo del “mal” para muchos vecinos que ven afectado su paisaje habitual por la presencia de estos nuevos faros urbanos. Los vecinos protestan frente a los cambios, no hay nada mejor que lo conocido. A veces tienen razón, a veces no, está muy bien que lo hagan, siempre es mejor una ciudad que cambia, que crece e intenta mejorar, siempre es mejor ciudadanos comprometidos con su ciudad, con su patrimonio.

La construcción de la ciudad es positiva, la torre en si misma no es un mal, solo representa lo que los vecinos temen. Es cierto que hay torres y torres. Están aquellas que en vez de consolidar tejido lo destruyen, insensibles al lugar a sus vecinos, objetos autistas del espacio público, de la vereda y de la calle.

Los vecinos temen porque Buenos Aires colapse sus servicios, quizás no es así, no es cierto, hay barrios que admiten seguir densificando, pero quién lo sabe? , Buenos Aires necesita ser dotada de infraestructura para seguir creciendo no hay dudas.

Exactamente al revés que muchas quejas, pienso y planteo que Buenos Aires debe crecer, densificarse muchos más, tendremos así una mejor ciudad, mas económica y más segura. Pero para llegar a esto la Ciudad debe equiparse y facilitar que la Ciudad recupere lo que se perdió en veinte años de no hacer nada.

Protestemos porque es nuestro derecho, protestemos porque podemos. Prefiero esta ciudad y no aquella que en vez de producir capital, especulaba financieramente. Prefiero esta ciudad que  se junta y ocupa el espacio público para festejar o protestar y no aquella temerosa de las represalias por ser más de dos. Prefiero esta ciudad de torres y demás en construcción y no la ciudad inmovilizada por el temor, la abulia o la falta de futuro.

Donde orientar las quejas, como mejorar lo que hacemos, como decidir donde crecer y donde no, cuando y donde dotar la ciudad de subsuelo fértil para seguir creciendo, donde debatir nuestro futuro parece inevitabe y necesario, quizás parte de las respuestas se encuentren en ese Plan Urbano Ambiental para la Ciudad Autónoma de Buenos Aires imperfecto y dormido en cajones de nuestros representantes. Es bueno tener la idea de una ciudad que nos incluya a todos, e incluso que esté en el orden del día.