lunes, 8 de noviembre de 2010

Reunión de Coordinación 20 de octubre 2010



Saludamos la masiva concurrencia de docentes de los diferentes niveles de Representación Arquitectónica a la Primera reunión general Propuesta por la Coordinación, la cual desarrollamos en tres partes: una presentación de ideas y objetivos, definiciones abiertas por parte del arq Oscar Padrevecchi acerca de las funciones e intereses de dicha coordinación, con apoyatura de algunas imágenes en power point para iniciar la presentación y discusión de los ejercicios remitidos desde los diferentes niveles y previamente seleccionados por esta coordinación.

De ese modo en la primera parte, pudimos escuchar gracias a la intervención ordenada y el aporte de cada docente, las premisas de trabajo actuales, visualizando ejercicios en su proceso de realización, lo cual pensamos que enriqueció el intercambio.

En una segunda parte, también con apoyo de imágenes en power point, la arq Liliana Taramasso se centró en algunos de los conceptos anteriormente marcados y desarrolló una serie de ejemplos de ejercitaciones cortas, intervenciones a partir de la experimentación con diferentes técnicas exploración de transformaciones de sentido y comunicación, haciendo hincapié en el uso de elementos de la Mesa de Instrumentos totales MIT, realizadas en talleres, dando lugar al intercambio nuevamente y coincidencia de muchos de los trabajos realizados y presentados como proceso en los cuales intervienen la foto digital, el pasaje de 2d a 3d y viceversa, el trabajo con escalas, grupal, etc..

Al cierre de la reunión se plantearon algunos interrogantes centrales de gran interés para seguir trabajando, vinculados a la interrelación en la enseñanza de la disciplina en sus aspectos científicos y plásticos.

A partir de este prolífico encuentro, esta coordinación propone diseñar y realizar una exposición acotada de procesos de trabajo, donde podamos mostrar la producción de RA a la luz de las premisas y objetivos graduales que la orientan.

Solicitamos posibilidades de fechas, lugar y horarios tentativos para su realización.





miércoles, 25 de agosto de 2010

Primeros pasos de la Coordinación de RA

Primeras acciones:
Una: designar dos alumnos por ejercicios para que registren fotográficamente ( con cámaras y/o celulares ) los trabajos del ejercicios, en forma aleatoria, es decir, creativamente, por ejemplo tomando fotos de conjunto de trabajos, de cada trabajo en particular, de detalles de un trabajo etc.
Dos: conexión y comunicación, intercambio de ideas, etc... através de la web ( sistema pronto a implementar )

Vamos andando
SdOs
Padrevecchi
Taramasso
Area Coordinación de Re-presentación Arquitectónica

jueves, 12 de agosto de 2010

Area Coordinación Re-Presentación Arquitectónica

Señores, gracias por su atención, a modo de presentación queremos decirles que no re-iniciamos, que no comenzamos una nueva etapa, simplemente estamos convocados para darle continuidad y crecimiento a todo lo bueno realizado por Uds. en estos últimos años en el area de re-presentación arquitectónica. Area que me gusta más llamar de comunicación e imagen.
Es por eso que este medio, y otros afines através de la web, son herramientas que queremos agilizar para COMUNICAR, HACER VER, INTERCAMBIAR, con el objetivo primordial de ir mejorando y reforzando en todo los niveles la calidad y la manera de trasmitir ( comunicar ) las ideas.
En esta tarea me acompaña como adjunta la arquitecta Liliana Taramasso, quien consustanciada con las pautas de la coordinación, juntos y con el aporte de cada uno de los responsables de los distintos talleres y sus respectivos profesores a cargo del dictado de materias, trabajaremos para obtener los mejores resultados en los distintos niveles.
Por lo tanto queremos que este medio sirva para presentar e intercambiar ideas y objetivos, contenidos y metodologías, conforme a algunos parámetros básicos que queremos ir implementando para ir dando una clara visibilidad a todos los trabajos con la impronta que el titular de arquitectura y el director del area quiera enfatizar.
Consideramos algunas pautas:
1- La implementación paulatina de la idea de la MIT ( mesa de instrumentos totales, idea que iremos de a poco ajustando con cada uno de Uds, para su inserción e instrumentación en las distintas modalidades de trabajos y ejercicios )
2- Creación de las posibles modalidades de trabajo, de menor a mayor complejidad.
3- Creación de un calendario de reuniones, para el armado posible de eventos, jornadas, exposiciones, etc.
4- Afianzar esta via de comunicación para cubrir las necesidades y/o sugerencias de los titulares y de los distintos profesores a cargo.

Saludos atentamente
Arq.Oscar Padrevecchi
Arqta. Liliana Taramasso

viernes, 30 de abril de 2010

El fenómeno de la vivienda de interés social en Tijuana


Por René Peralta


The simultaneously archaic and hyper-modern 'archetypal fact' of twenty-first century architecture and urbanism will be the enclosure, the wall, the barrier, the gate the fence, the fortress.
Lieven De Cauter


En el último libro/revista de Rem Koolhaas titulado Content se publicó un artículo que me hace pensar en la falta de responsabilidad ética del arquitecto y del discurso arquitectónico contemporáneo. Bill Millard en Violence against architecture: Quixote comes of age in Sarajevo (1), define con una variedad de ejemplos “urbicidio” como el acto premeditado de destrucción urbana en áreas de intercambio cultural. Si el arquitecto construye también puede destruir.

El urbicidio divide y delimita identidades, eliminando situaciones que producen contrastes, normalmente el que practica el urbicidio es aquel que no separa su espacio urbano de un grupo limitado y cerrado. Aquel que encierra y abandona estructuras urbanas también es tan culpable, como el que desvía fondos públicos destinados para obras comunitarias. Aquellos que con la bandera de vivienda social construyen miles de viviendas suburbanas - para después abandonarlas creando una condición de entropía - también son culpables del urbicidio. La decadencia de las estructuras físicas con las sociales van mano a mano, como ha quedado demostrado por ejemplos como el de Pruit Igoe en Saint Louis, EUA; los superbloques de vivienda racionalistas que crearon una anarquía cívica en Caracas, Venezuela a fines de los años 50 y otros ejemplos que nos dejó el modernismo utópico lecorbusiano. En Tijuana es irónico que exista una empresa con el mismo prefijo (Urbi), como si sus creadores fueran parte de una visión fascista que intenta eliminar o anular el concepto de ciudad habitable. Las estructuras físicas y de control, creadas por este tipo de organizaciones crean los mecanismos que desproveen a la ciudad de un espacio plural, creando, como menciona Michel de Certeau, “lugares donde no se puede creer en nada”. (2)


Se me haría difícil clasificar con toda certeza a estos desarrollos como “auténticos” no-lugares. Aunque Marc Augé hace varios puntos interesantes sobre la definición y configuración de un no-lugar. (3) El ejemplo mas concreto es, el no-lugar es totalmente cuantificable. Los limites de su extensión, como su cantidad de unidades y los metros cuadrados de asfalto son cuantificables y construidos con el spread sheet en vez de con la historia e intercambio de ideas, palabras y ambigüedades. Lugares, no-lugares del hyper-design, calculados hasta la última gota de concreto, el diseño se ha convertido en la técnica de la supresión de la espontaneidad. Esto me lleva a creer en el concepto de Non-design; el diseño como catalizador de intensidades, y no como génesis de la forma y espacio. El diseño (en esta definición de Non-design), es una cualidad intrínseca del espacio político de la cuidad. Si la arquitectura es una forma de praxis cultural su operatividad debe ser proyectiva.


En Tijuana el proyecto de Urbicidio esta compuesto de dos modelos: El primero, construcciones seriadas de mínimo espacio al este de la cuidad, un mar de cuartos, Tijuana es la verdadera “City of Quartos”. (4) Homogeneidad, claustrofobia urbana —hacer ciudad no es hacer cuartos—, hacer ciudad es entender las condiciones sociales y culturales de los usuarios y dejar libre la posibilidad de su representación en la misma ciudad. En los últimos veinte años la zona este de Tijuana ha sobrepasado su masa critica, condiciones de vivienda pasaron de ser auto construidas hacia el fenómeno de las casas en serie que se construyeron de la noche a la mañana. Suburbios “drag and drop” son la norma hacia una estrategia de la vivienda para la clase trabajadora. Si la autoconstrucción generó hibridismos constructivos, las construcciones mono-lógicas de la vivienda en serie incluyen en su pedigrí iconografía a la Disneyland —sueños de lugares exóticos—. Estocolmo, Lisboa, Madrid, Londres; sumando nombres de maestros de la literatura universal como Cervantes, Dante, Sartre, Victor Hugo entre otros, son los nombres de las calles de estos desarrollos con la intención de estimular un despertar cultural en la comunidad. La ciudadanía tiene que imaginarse que los planificadores de estos lugares, perciben la cultura desde el punto de vista de unas vacaciones europeas burguesas, o como un mero cuento de hadas psicológico que es inalcanzable e inconstruible. La solución a estas condiciones de hacinamiento no se encuentra en las manos de los desarrolladores —está en la determinación de la sociedad de exigir un espacio digno y heterogéneo—. Lo que me parece fascinante es la determinación de los habitantes por formar su propio tipo de urbanismo a través de su idiosincrasia. Una acumulación de viviendas abandonadas para crear ciudad por su propia voluntad.

El segundo modelo consiste en la falsa proposición de vender seguridad dentro de una ciudad insegura y violenta; vivir en la ciudad es decadente y peligroso; vivir con guardia las 24 horas y dentro de un espacio delimitado por muros que crean mini fronteras (como si nos faltaran bardas de qué preocuparnos en Tijuana) es protegerse de las masas; la segregación es seguridad. Muros que como en otras condiciones (extremas) aíslan clases sociales, distancian ideologías religiosas y políticas. Viviendas con estilos mediterráneos y californanianos, que se promueven en los desarrollos de clase media seriada están basados en una mala copia de tácticas de mercadotecnia, propia de los “boosters” en la recién formada cuidad de Los Ángeles, a finales del siglo XIX. Los boosters eran de acuerdo a Mike Davis, personas interesadas en atraer nuevos habitantes a la zona por medio de mitos y leyendas sobre “las Californias”. Así mismo, ayudaron a presentar a Los Ángeles ante los jubilados, la clase media y los inversionistas del país como si se tratase del nuevo destino del sol y la salud. Iglesias y capillas construidas por los franciscanos que según las leyendas creadas por el propietario del Times y líder de los boosters, Harrison Gray Otis, trajeron una cultura superior a los indios de la región. Un mito conservador y hasta racista (que aunque por detrás de los anuncios publicitarios se sabía que existían abusos y esclavitud), logró hacer de Los Ángeles anglosajona uno de los pueblos mas violentos entre 1860 y 1870. Muchas de las iglesias “misiones” del pueblo se conservaron para hacer de ellas parques temáticos y crear el conocido estilo “misión” que también se conoce como californiano que se ve hoy en las viviendas de los desarrollos de clase media.(5)
En estos desarrollos de vivienda de clase media en Tijuana, se simula la ciudad —sería un peligro vivir la realidad—, existen simulacros de la villa italiana, de un Eastlake San Dieguino, de un mundo blanco, un archipiélago hermético.


Gastón Bachelard revela que nuestra casa es parte de una experiencia real, como también virtual, por medio de la memoria y los sueños. Para cada individuo su casa es un viaje de historias y deseos coexistidos. Acumulamos nuestras experiencias en espacios y los transportamos cada vez que emigramos de lugar en lugar. La casa se vive físicamente y en la imaginación; desde niños, nuestra casa es el lugar donde aprendemos a soñar, nuestra casa es un universo personal.(6) Cualquier praxis social, geográfica o etnográfica construye el significado de la vida social. Cuando la geometría se convierte en el diagrama de nuestras experiencias, existimos en nuestros dibujos, los cuales representan un dualismo dentro la producción del espacio, casa/hogar, dibujo/diagrama, que constituye nuestra realidad como arquitectos. Si lo que presenciamos en estas construcciones es un ejemplo en eficiencia espacial y economía, poseerá el suficiente espacio para la imaginación y la memoria, o por lo menos para soñar despiertos.
En cambio, si cada habitación de nuestra casa es un espacio de experiencias, una embarcación horizontal de recuerdos y un resguardo vertical —un techo—, quizás estas cuatro paredes son un mecanismo de represión y negación de la intimidad y, en vez de producir recuerdos, amenazan nuestra experiencia de habitar un universo personal.

El acto de diseñar espacios, comunidades y ciudades es una forma activa de moldear actividades políticas y humanas. Es una responsabilidad social y como tal puede ser juzgada cuando es nociva para la salud mental y física de la sociedad. El usuario no es un concepto abstracto de un índice de mercadotecnia, no es “the bottom line”. En la historia se han presentado casos de diseño urbano como mecanismos de control (Hausman en París o Speer en Berlín) y mientras estas empresas locales estén en la negación total de la realidad en la que laboran, no podrán ser absueltas de urbicidio.

miércoles, 28 de abril de 2010

Patrimonio y derechos de construcción / Fernando Diez

Patrimonio y derechos de construcción
Por Fernando Diez

La protección del patrimonio construido de la ciudad es algo necesario, pero que no puede resolverse por simple voluntarismo. En primer lugar, es necesario atender a las distintas situaciones de las edificaciones, evitando su demolición, pero en muchos casos habilitando su modificación para su reutilización en nuevos destinos, haciéndolas viables económicamente. En segundo lugar, es necesario crear las condiciones de neutralidad económica que permitan una discusión objetiva de su catalogación, libre de lobbies e intereses creados. La discrecionalidad de los funcionarios públicos para fijar derechos de construcción, mayores o menores, sin esa neutralidad económica, es la mejor manera de alentar una corrupción estructural. En tercer lugar, no puede cargarse sobre el erario público (o sea sobre los hombros de los vecinos) un sistema extendido de protección patrimonial.
Todo sistema de regulación de la edificación urbana debe contemplar los efectos económicos de la aplicación de las normas. Porque cuando se limitan los derechos de construcción adquiridos las demandas de los afectados irán contra el dinero público. Impericia en este aspecto, resulta en un costo fatal para la ciudad y, por lo tanto, para sus vecinos. Pero además en una injusticia. Tanto cuando se compensan con el dinero de la Ciudad los derechos limitados, como cuando se otorgan nuevos derechos gratuitamente, que no son sino privilegios (algo que ha sucedido ya demasiadas veces). El argumento de que las normas de edificación favorecen el bien común no es suficiente para justificar estas injustas transferencias económicas de todos a unos pocos.
La historia de la regulación urbana de la Ciudad es, en buena parte, la de la sucesión anticipada de normas de edificación que pretendían ser mejores que los anteriores. Especialmente desde 1945, esto resultó en una carrera en la que cada nueva regulación, para fomentar el tipo de edificio por ella promovido, incentivaba su construcción con premios en la superficie construible, siempre mayores que los ofrecidos por la regulación anterior. Transcurrido medio siglo, se hizo visible que sólo en algunos pocos sectores de la ciudad estas políticas lograron crear entornos homogéneos, en la mayor parte del territorio urbano, estimularon un tejido heterogéneo de densidades dispares. Un resultado desafortunado, porque la renovación edilicia se dispersó, arrasando cuadras que podrían haber conservado la homogeneidad y el encanto de tiempos anteriores, favoreciendo la demolición de buena parte del patrimonio construido de la ciudad.
Hoy este proceso aún continua y los vecinos de Caballito se alarman de las torres que amenazan las condiciones de habitabilidad de calles bajas, del mismo modo que grupos preocupados por el patrimonio edilicio se oponen a la desaparición sin remedio de los últimos testigos de otras generaciones de edificios del Barrio Norte, esos que dieron su fisonomía clásica a la ciudad.
Todas estas cuestiones fueron creando la conciencia y el interés en revisar las normas de edificación con el intento de proteger edificios individuales y tejidos característicos. A diferencia de las normas que regularon la edificación en la ciudad durante todo el siglo XX, una nueva normativa debería reconocer el hecho de que la ciudad ya no es homogénea, como pudo haberlo sido a principios de siglo XX. Tampoco lo son sus posibles distritos. Por lo tanto, ya no son posibles regulaciones genéricas, que actúen dibujando el plano de distritos de condiciones pretendidamente uniformes. Tampoco lo es seguir pensando exclusivamente en términos de sustitución edilicia, como si todos los edificios de la ciudad estuvieran destinados a ser reemplazados por otros mayores. Es necesario pasar a una visión que actúe sobre el espacio concreto de las calles y el patrimonio edificado de cada manzana, siguiendo los conceptos de un completamiento urbano que tenga como prioridad enmendar y consolidar las situaciones existentes. Hoy, la conservación debe ser vista, al menos, como tan importante como la sustitución edilicia.
Pero esto exige de una acción conjunta sobre las distintas situaciones. Pues en tanto afecta los derechos adquiridos de los propietarios, debe pensarse en un mecanismo que los compense sin que esto signifique cargar sobre los hombros de todos los vecinos ese esfuerzo. Si no se tienen en cuenta estos problemas, el intento de protección patrimonial de gran número de edificios de la primara mitad del siglo XX, así como otras normas de reordenamiento del tejido urbano o contención de la densidad, atenderán la preocupación por el patrimonio y la calidad de los espacios urbanos porteños, pero generarán demandas de indemnización, no sólo de quienes estaban planeando construir mayores superficies, también de quienes adviertan que pueden obtener un resarcimiento de la pérdida de un derecho que ni siquiera pensaban ejercer.
Cuando un edificio es declarado de valor patrimonial, restringiendo los derechos de su propietario a construir muchos metros cuadrados, no puede pretenderse indemnizarlo con el dinero del erario público, porque entonces se transferiría el dinero de todos, pobres y ricos, a aquellos propietarios circunstancialmente afectados, para indemnizarlos de una pérdida que en algunos casos es sólo potencial. Ni tampoco es necesario. Un mecanismo de compra-venta de derechos de construcción, podría compensar a aquellos que, a partir de una nueva regulación, se vieran limitados en sus derechos de construcción, habilitándolos a venderlos en el mercado a quienes, para poder ejercer el derecho de mayores metros construibles que nuevas normas les otorguen, solo puedan hacerlo comparándolos a los anteriores. De este modo el balance de premios e indemnizaciones podría mantenerse neutro, y la ciudad no se vería forzada a pagar costosísimas indemnizaciones. Esto permitiría pensar en un número considerable de edificios patrimoniales y tejidos característicos a ser conservados, pues hasta ahora el costo económico de las compensaciones impedía esa posibilidad. Se trata de mecanismos que se aplican en algunas ciudades de los EEUU (en New York desde 1968).
Este mecanismo es más complejo pero mejor que los aplicados anteriormente, y sería más amplio que la simple transferencia de derechos de edificación. Debe recordarse que en 1977, cuando las normas limitaron los derechos anteriores, para evitar las demandas se otorgó un período de gracia de varios años. En la práctica esto produjo una avalancha de proyectos aprobados, incentivando, en vez de restringiendo, las situaciones que se pretendía limitar. En sentido contrario, cuando se ampliaron los derechos de construcción, estos se entregaron sin cargo a los propietarios, transfiriéndoles una riqueza que no tenía porqué ser gratuita. Esto sucedió numerosas veces, transfiriendo injustamente a unos pocos lo que era de todos. Sucedió en 1945 y posteriormente con la legislación del Edificio Torre. Y más recientemente, cuando se ideó la “ley de enrase”, que permitió igualar la altura de los edificios vecinos para homogeneizar los frentes de manzanas incompletas.
Ha llegado la hora de reconocer que las normas no pueden ser genéricas, sino que deben actuar particularizadamente, manzana por manzana y calle por calle, preservando más pero también permitiendo un mejor completamiento. Todos esos cambios en la normativa deberían dar un balance neutro o positivo de potencial construible, y los derechos adquiridos y restringidos, deberían compensarse en un mercado de derechos de construcción transparente, con un registro público y las demás precauciones del caso. Sin esa neutralidad en el beneficio económico, será imposible discutir la verdadera conveniencia urbanística y el valor patrimonial de las múltiples y numerosas situaciones que deben decidirse.
(Originalmente publicado en revista CPAU)

miércoles, 24 de febrero de 2010

Vivienda económica de interés social: Del experimento estatal al ensayo civil


Villa Soldati. 1976. estudio STAFF


Memoria descriptiva.

Todos los lunes durante un par de años de la escuela secundaria tenía examen de contabilidad. En la mayoría de esos exámenes debía liquidar sueldos y descontar de cada uno de ellos un 5% para el Fondo Nacional de la Vivienda (FONAVI). Si bien es difícil precisar la cantidad de dinero que destiné para la vivienda social, al menos puedo decir que no ha sido poco. Qué decir entonces del dinero que manejaba el Estado en términos reales. Durante la década del ochenta la actividad de la construcción de viviendas colectivas de manos del Estado argentino alcanzó su punto de inflexión. Luego de casi veinte años de progresiva desaceleración, todos los sinónimos de estas operatorias habitacionales vuelven a mencionarse aunque aun sin una razón concreta.


Todas las ciudades son ideales.

La vivienda de interés social tiene una corta tradición. Su historia puede circunscribirse casi a lo ocurrido en el siglo XX. Las experiencias iniciales del siglo XIX habían sembrado la idea naturalizada del problema habitacional dentro de la demanda higienista que consideró adecuado el establecimiento orgánico de las clases trabajadoras en los centros industrializados. Durante el siglo veinte se consolidó el concepto mediante grandes construcciones residenciales que han servido como herramienta de reactivación económica y política para los estados necesitados tanto de nuevos núcleos urbanos destinados a sus crecientes poblaciones como de procesos de reconstrucción de ciudades históricas en los períodos de posguerra.

En el siglo XXI, la vivienda colectiva de fomento sigue siendo aún un problema nuevo para todas las disciplinas.

Desde su aparición tuvo en la arquitectura a un importante elemento mediador de la relación del Estado con las ‘clases populares’. Los estados-nación en sus diferentes expresiones han desarrollado planes de vivienda como consigna de acción de sus obras de gobierno.

En las últimas dos décadas los países desarrollados han polarizado la política sobre el problema habitacional. Las posiciones cercanas al welfare state se vieron enfrentadas con otras vinculadas a la iniciativa privada con la lógica del mercado, quedando en manos del Estado sólo los casos de extrema necesidad.

Sin embargo, para iniciar algún relato sobre este tema que encuentre una justa dimensión, es necesario que se aborde sin el contenido de naturalidad que nos instala la mirada cotidiana.

Habrá que decir para ello que este tema implica una experiencia mundial única en la historia. La aparición de infinidad de casos que han desarrollado -mediante conjuntos habitacionales que superan como mínimo el millar de viviendas- nuevas ciudades, dentro de ciudades ya existentes o en las afueras de ellas, cercanas a nuevos polos industriales o incluidos en ellos, es un fenómeno de civilización de suma singularidad. Estas ciudades modernas, producidas de la nada, ejecutadas de una sola vez, constituyeron un impulso vital de confianza en las sociedades urbanas más allá de las tradiciones.

Es probable que la escasez de estas experiencias en las últimos tiempos nos contrasten aun más la mirada del problema bajo el aspecto del extrañamiento. O por lo contrario que la cercanía cotidiana, en todos los locales de juegos en red, con el Simcity –juego virtual que permite hacer uno mismo una ciudad desde sus mismos ejes de fundación- produzca asombro al confrontar esa situación con aquellos exponentes reales construidos en el pasado; como si realmente hubieran sido fruto de otra civilización. Un asombro semejante al que le provoca al habitué del Strike Counter la lectura en el diario de un asesinato masivo en un lugar remoto.

Cuando en la historia de la arquitectura se estudia a las ciudades ideales, por lo general relacionadas con nociones utópicas –renacentistas, fourieristas, anarquistas-, se plantea la relación del proyecto en el papel con la proyección de un escenario social no consumado. Una idea de sociedad se refleja en un concepto de forma. El hecho de la no concreción de los proyectos le da cifras a una relación invariable de lo ideal con lo no realizado.

De todas maneras, el rango de ‘ideal’ no persiste en las definiciones cuando finalmente se concretan los proyectos. ¿Pero qué ocurre cuando comprobamos que las ciudades ideales han sido construidas al extremo?


Vivienda social, experimento estatal.

En apariencia, la condición de necesidad que impone la consigna “vivienda digna para todos”, propuesta por todos los formatos del poder político, impone siempre una prioridad por sobre la consideración de causas y efectos provocados por las nuevas ciudades ideales construidas y cuanto menos diluye cualquier interpretación relacionada con nuevos órdenes urbanos y sociales. Este desplazamiento conceptual convierte en natural, por prioritaria, la condición cuantitativa de la vivienda de interés social. Es decir, no parecería serio hablar de especulaciones teóricas o, al menos de juicios interpretativos, cuando hay un problema tan importante y tan grande para resolver.

Sin embargo el contenido de verdad que conlleva la vivienda social como cometido político no puede separarse de su nivel de experimentalidad en términos teórico-prácticos. Existe una condición ineludible para una tradición constructiva como esta que se propone la producción de un fragmento de ciudad totalmente nuevo: el grado de incertidumbre de sus consecuencias. Las consecuencias no son previsibles. Nunca entonces podría decirse menos precisa la condición de EXPERIMENTO SOCIAL para los intentos de construcción de conjuntos de viviendas económicas.

A lo largo del tiempo, los conjuntos de viviendas han variado en sus densidades, implantaciones, configuraciones, detalles constructivos, sistemas de financiación, espacios públicos, tipologías privadas, etc., luego de las diferentes conclusiones que se han obtenido años y hasta décadas después de su construcción. Dichas consecuencias son las que más sensibilidad han despertado a los que se propusieron reflexionar sobre los cambios de rumbo de la arquitectura. Tal vez se puede suponer que la sensibilidad se acrecienta cuando la arquitectura no sólo establece su representación simbólica sino que además se convierte en un intermediario de las conductas sociales, como en el caso de la vivienda masiva.

Charles Jencks propuso la fecha de la demolición del edificio bloque de viviendas de Pruit Iggoe en 1972 como la del fin de la modernidad y el inicio de la post modernidad. Por ese año el conjunto Ciudadela (conocido popularmente como Fuerte Apache) estaba a punto de ser habitado para ser demolido treinta años después por razones muy similares –aunque deben precisarse con mayor profundidad- a las que Jencks determinó como causales de cambio histórico.

Los ciclos de vida de los conjuntos de vivienda hablan de experimentos comprobables no poco tiempo después de su efectiva ocupación y, por esa razón, irreversibles.


Mercado: el experimento como producto.

En estos años hemos visto situaciones de contexto -en lo que a políticas habitacionales se refiere-, que van desde la recolonización hasta el aprovechamiento de los recursos existentes. En el primero de los casos la experiencia del Vinex Plan realizado en Holanda en esta última década (95-05), luego de la decisión de no seguir avanzando sobre el mar, resultó una cruzada de acción colonizadora del suburbio holandés dentro del mismo corazón verde a una velocidad de 100.000 viviendas/ año. El plan representa la centralización de toda la construcción holandesa para cubrir la demanda numérica del crecimiento de población. Las consecuencias de este experimento se traducen en la cantidad de críticas/ habitante que se vienen recogiendo desde hace casi un lustro. En el otro frente el London Housing Board planea las formas de reutilización de 100.000 viviendas desocupadas en Londres dentro del dilema del encogimiento de ciudades de la Europa infértil, demográficamente hablando.

La combinación de ambos factores del mundo estatal europeo ronda al contexto argentino de la iniciativa privada y puede condensarse en el fenómeno colonizador de la vivienda suburbana adjudicado de manera insistente a la década del ´90, mediante la producción de aldeas amuralladas ideales en el cordón bonaerense que, a su vez, propició una considerable cantidad de ofertas y oportunidades para la vivienda y la edificación disponible sin ocupar en la ciudad de Buenos Aires.

El mercado inmobiliario condujo este fenómeno combinado convirtiéndose en el agente planificador más importante a nivel urbano y territorial. Muchos trabajos escritos sobre el tema dan cuenta de la multiplicidad de factores socio económicos en el traslado de algunos sectores de la clase media hacia la periferia, pero sin duda la suma de factores modeló un producto muy definido.

Las partes componentes de la gestión inmobiliaria actúan sobre escenarios en los que las apuestas y riesgos de los emprendimientos lucen a nuestros ojos, tal vez por su aspecto de objeto de consumo, como operaciones absolutamente comprobadas, pero, si bien hay mayores recaudos al momento de la inversión, no debería verse con soslayo el nivel de incertidumbre que también las acompaña. También son experimentos, pero su elevación a la categoría de productos los ubican en otro rango de interés por su integración al mercado. Nordelta y los barrios lacustres del área del río Luján (ver algunos de ellos en Summa+69) son ejemplos del caso. En estos casos los diferentes niveles de adaptación de cada vivienda a las necesidades de su futuro propietario hacen una diferencia con el Vinex Plan, donde las viviendas, aunque también son unifamiliares, no presentan mayor grado de personalización que cualquier exponente tradicional del social housing de posguerra.


El ensayo civil.

El estado y el mercado han posibilitado la vivienda para las clases más pobres y las de mejores ingresos casi alternadamente. Puede decirse con la impunidad del lugar común que han sido tan pendulares como las posturas del poder político relacionadas al rol del estado.

En ambos escenarios, la habitual relación jerárquica de los medios productivos impone y administra los riesgos de la operación, que siempre se traducen en experiencias de prueba y error. La relación de los datos formales con los datos sociales resume el mismo nudo de problemas tanto para la producción de un conjunto de doscientas unidades de vivienda como para el trazado de una ciudad ideal. La arquitectura de estado establece la relación con los ciudadanos en una apariencia poco dinámica o en una representación del ciudadano ideal. La representación ciudadana que ejercen las autoridades se invierte cuando el estado prefigura de modo representativo la forma de vida de sus ciudadanos.

Debemos asumir esta situación como una experiencia política.

La ciudad del siglo XIX y las experiencias civilizadoras que tuvo la Argentina de la generación del 80 se formaron y creyeron respectivamente en el dato científico que les proveía su inmediatez con el positivismo. No era casual que la mayor parte del cuerpo intelectual y político estuviera integrado por médicos y naturalistas. Por una razón cercana a nuestros últimos acontecimientos como país, no es muy extraño pensar que la acción civil sea un fuerte componente para consolidar otro nivel de estructuras de conocimiento y ejecución de programas.

Las áreas del tercer sector aun no se han involucrado y no han encontrado aun su lugar en entre el mercado y el estado.

¿Cual será la expresión más democrática para el trazado de un conjunto de viviendas en todos sus niveles de ejecución incluida la composición interna de las mismas unidades?

¿Es posible considerar a la vivienda económica como un experimento de responsabilidad colectiva, un ensayo de interés civil? Esto es, incluyendo en el proceso de producción a todos los actores del proceso político-constructivo (organismos del estado nacionales y provinciales, arquitectos, ingenieros, sociólogos, empresas constructoras, desarrolladores inmobiliarios, organismos de financiación y, principalmente, a los futuros habitantes?


Gustavo Dieguez.

Summa+ 71. Febrero 2005

martes, 23 de febrero de 2010





V ENCONTROS DE ARQUITECTURA EN GALICIA            8-9-10 NOV 2007
COMITE CIENTIFICO FELIX ARRANZ WILFRIED WANG RICHARD BURDETT XAVIER COSTA DANIEL SILBERFADEN


Por dónde se empieza a diseñar ¿Cuál es el proceso que lleva desde la idea inicial a un proyecto construido?

Este era el objetivo principal de estos Encuentros : mostrar las diferentes formas de enfrentarse a un proyecto de unos cuantos arquitectos, más o menos conocidos, del panorama arquitectónico mundial.

¿Quién no ha oído nunca esa idea, algo absurda, de que los arquitectos recibimos una especie de “inspiración brillante” que nos sirve en bandeja el diseño que buscábamos? 
La experiencia nos enseña que detrás de cada proyecto finalizado hay un largo proceso, plagado de dudas, pruebas, errores, y sobre todo experimentación y crítica. 
Es precisamente esa investigación y búsqueda de la respuesta adecuada al problema, enfocada de forma particular por cada profesional, la verdadera forma de proyectar .
Dado que se trata de dar una visión global de la multiplicidad de respuestas que se pueden dar al hecho arquitectónico quizá, en la práctica, la mejor estrategia sea hablar de casos particulares que aporten una visión de conjunto, encadenándolos por afinidad más que por orden cronológico.

Veamos cómo diferentes preguntas llevan a diferentes respuestas…

¿Qué ocurre si decidimos basar nuestro proyecto en un mejor aprovechamiento de recursos ?

Esta es la pregunta que se hace Thomas Herzog , preocupado por el derroche energético actual y decidido a minimizar el consumo en sus construcciones. Herzog muestra como ejemplo el edificio administrativo del Supplementary Pension Fund  of the Building Industry SOKA-BAU , en Wiesbaden, Alemania, para explicarnos qué factores se deben tener en cuenta a la hora de construir un edificio que cumpla las exigencias de seguridad, a la vez que los requisitos de ahorro energético.  Para Herzog, el conocimiento de las características del lugar es básico para saber cómo aprovechar al máximo sus posibilidades. De esta forma, estudios de viento se hacen indispensables para garantizar una correcta ventilación minimizando las pérdidas térmicas; a la vez que se pretende evitar el calor solar sin tener que renunciar a la luz natural, utilizando la tecnología en beneficio del ahorro. 
Esta forma de construir requiere una búsqueda constante de la solución más adecuada en cada caso, aprovechando las experiencias previas.
A lo anterior se podría añadir que la arquitectura contemporánea puede participar en un contexto sin avasallarlo :

La naturaleza y el entorno, para Creus y Carrasco son bienes importantes y necesarios a tener en cuenta a la hora de proyectar. En su propuesta para la Fundación Luís Seoane , se apoyaron en un edificio preexistente sin apenas valor arquitectónico, aprovechando de él lo que tenía interés, en este caso la rotundidad de los muros de piedra del viejo cuartel militar, su valor tectónico, deshaciéndose de todo lo superfluo en aras de una mejor relación con el entorno. El edificio final apenas se abre al exterior, debido a necesidades del programa, y sin embargo la forma en que los espacios interiores y exteriores se interconectan es una parte fundamental del proyecto. En una situación delicada, adosados a una antigua iglesia, al borde de la muralla de la ciudad histórica de A Coruña, y a dos pasos del mar, crean un edificio que genera espacio público poniendo en relación la ciudad con el interior del edificio de forma fluida.Por otra parte, el contexto de la arquitectura puede leerse de forma ligeramente diferente, asumiendo y valorando su dimensión humana.

Janina Masojada junto con Andrew Makin forma el estudio de arquitectura sudafricano OMM Design Workshop. El proyecto para la Nueva Corte Constitucional de Sudáfrica parte de la idea de que la arquitectura puede tomar parte de un contexto político y ayudar en la creación de una identidad popular común. En un país de enormes contrastes, se trata de construir una identidad local colectiva: hace falta un edificio que sea representativo para todo el país. Hay que de tener en cuenta el lugar y las personas, respondiendo a sus necesidades. Hay que enfrentarse al futuro sin olvidar el pasado. Masojada y Makin plantean un edificio que trata de representar los nuevos ideales de la nación, donde cada persona se sienta a gusto y pueda ser escuchada. La arquitectura se hace legible como metáfora de la transparencia y legibilidad de la nueva Constitución: lo que se ve es lo que existe. De igual modo, las relaciones espaciales entre las partes del edificio intentan reflejar las relaciones sociales. El proyecto incluye un amplio programa decorativo en colaboración con múltiples artistas locales.

Para el arquitecto chileno Alejandro Aravena , y el proyecto Elemental , la arquitectura tiene que ayudar a sus usuarios a superar la pobreza. En este sentido, aprender a diseñar con escasez de medios es importante; el diseño debe aspirar a su irreductibilidad, ser específico, capaz de responder a todas las necesidades con el mínimo de recursos. Desarrollo arquitectónico e investigación científica van de la mano con el objetivo de construir viviendas de calidad (más grandes y mejor construidas) en grandes cantidades. Para que estas iniciativas funcionen, las viviendas han de tener la capacidad de revalorizarse con el tiempo, de forma que ayuden a sus dueños a crearse un patrimonio. Una vivienda se revaloriza si está bien situada, si se crea espacio colectivo y si el diseño estructural conjuga el máximo de flexibilidad con el mínimo de tecnología. Es importante que las viviendas estén bien situadas, además, para que sus dueños no se vean obligados a abandonar sus relaciones sociales y laborales. 
La autoconstrucción, defiende Aravena, es un factor a tener en cuenta a la hora de hacer este tipo de proyectos, así que el diseño deberá poder absorber este tipo de actuaciones sin menoscabo del concepto inicial. Este tipo de iniciativas están siendo construidas y su efectividad ampliamente comprobada como se puede observar en la Quinta Monroy , en Iquique, Chile.

Los franceses Lacaton y Vassal también apuestan por la regeneración de los barrios por medio de la revalorización de la vivienda. 
La vivienda es signo de calidad de vida, así que toda investigación y desarrollo de nuevas tipologías habitacionales mejorará las condiciones de los habitantes. Hay que atender a la economía de recursos y energía, y buscar una vivienda urbana (más sostenible) con la calidad de la rural. En el proyecto de creación de Viviendas semicolectivas en Mulhouse , Francia, en un antiguo barrio obrero, estudian la necesidad de crear nuevos tipos de vivienda que se adapten a las nuevas unidades familiares, el piso tradicional ha quedado obsoleto. Se parte de la idea de loft en dos alturas con jardines de invierno en todas las viviendas, hasta llegar a una solución versátil con viviendas mucho más amplias y confortables. 
En el Proyecto “+” PLUS , Lacaton y Vassal afrontan la transformación de viviendas sociales de los 60 en otras a la altura de las circunstancias. La idea que plantean para revalorizar los barrios consiste en descongestionar el edificio en vez de demolerlo, y construir las viviendas que faltan en los terrenos libres circundantes, aumentando la densidad de la zona, en vez de expandirse con viviendas unifamiliares. Se trata de evitar en lo posible los desalojos de los habitantes mientras dura el proceso, que consiste en ampliar unos metros los espacios hacia el exterior, incluyendo galerías y terrazas que mejoran la calidad de vida y el valor de la propia vivienda.Se hace patente, por otro lado, la existencia de una línea de investigación formal en la que los arquitectos superan la ortogonalidad a favor de la búsqueda de la eficiencia de los espacios .

Carme Pinós es una de ellos; una de las características que se pueden deducir de sus proyectos es la importancia que la arquitecta concede a la experiencia sensorial de los espacios, al modo en que el edificio influye en las personas. Dos de sus últimos proyectos, que todavía no se han empezado a construir, se insertan en el tejido histórico de la ciudad, donde todas las piezas están muy encajadas entre sí, con pocos espacios públicos y calles muy estrechas. En ambos, tanto en la Sede de la Delegación de las Tierras del Ebre , en Tortosa, como en la Plaza Gardunya , en Barcelona, muestra un interés por la creación de espacio público teniendo en cuenta, sin embargo, la escala del contexto, por lo que en vez de una gran plaza, propone pequeños espacios articulados en relación con su propuesta. 
Otro tipo diferente de proyectos de Pinós son las torres, y como ejemplo la Torre Cube en Guadalajara, México, y el proyecto para torres de viviendas y oficinas en L'Hospitalet , Barcelona. Es en este tipo de construcciones donde investiga y se replantea la idea de torre convencional, planteándose la forma más conveniente para conseguir una mayor iluminación y ventilación.

Zaha Hadid . A estas alturas es casi una obviedad decir que su arquitectura no es ortogonal. Efectivamente, esta arquitecta se basa en las curvas, los recorridos, las líneas del terreno…. A nadie le extrañará saber que su forma de proyectar tiene su origen en experimentos con la pintura abstracta y que gran parte de su inspiración la encuentra en la naturaleza. 
En sus proyectos hay una clara intención de fundir el paisaje con el edificio, en lo que podríamos llamar arquitectura topográfica . Superposiciones, agrupaciones de espacios, de estructuras, de líneas sinuosas… de ahí salen sus edificios. Los espacios en sus obras conducen unos a otros en un fluir de volúmenes y recorridos.

En palabras de Eduardo Arroyo , la necesidad de búsqueda procede de la insatisfacción. 
Los espacios son para vivirlos, para disfrutarlos, y son los usos los que deben determinarlos, tema que ejemplifica en el proyecto de guardería en Sondika , Vizcaya, donde son los niños, con sus dimensiones y necesidades, los que condicionan espacio, la estructura e incluso los cerramientos. La Casa Levene , en San Lorenzo del Escorial, se sitúa en un antiguo bosque, y una de las condiciones del encargo era respetar al máximo la arboleda. Esta idea de crear un diálogo con los árboles, junto con la normativa, que exigía unas pendientes de cubierta determinadas, sumado todo al especial modelo familiar de los futuros habitantes, es determinante a la hora de dar forma a la vivienda. En la Plaza Desierto , Barakaldo, la forma final proviene de la distribución de los diferentes materiales y la intención de crear pequeños microespacios para diferentes usos y con distintos grados de privacidad.

Álvaro Siza , es quizá, de todos los participantes, el más difícil de clasificar; hay muchos factores que tiene en cuenta a la hora de proyectar, de modo que casi podría decirse que sigue como método el estudio de todas las necesidades en cada caso, que confronta con las restricciones existentes para buscar la forma que mejor solución puede ofrecer. 
Como ejemplo, la Fundación Ibere Camargo en Porto Alegre, Brasil, edificio construido en una vieja cantera, en la ribera del río, y con los requerimientos típicos de un programa expositivo. 
Llama la atención la importancia que le concede a los dibujos y croquis previos a la hora de exponer un proyecto.

Rafael Iglesia , considera que la experimentación sirve para el aprendizaje, para avanzar. Haciendo arquitectura es como se aprende a hacerla. Hay que desconfiar; en ello se basa la experimentación. 
En la arquitectura de Iglesia, hay algo que llama la atención, y es como convierte el peso en una solución, y no en problema, cómo hace que la gravedad trabaje en su beneficio. El peso de los elementos pasa a ser un aliado, aunque en casos como el edificio San Luís , en Rosario, cuya base estructural es un sistema de vigas superpuestas, no resulte sencillo comprender la forma en que se sostienen.
La valoración de la piel es uno de las más contemporáneas actitudes ante el proyecto:

Los suizos Gigon & Guyer , en sus propuestas para el Museo del Transporte de Lucerna , parecen dejar que el uso interior del edificio se extienda a su piel exterior, para que al espectador le quede claro qué es lo que se va a encontrar dentro. 
El significado desaparece detrás del significante en los edificios propuestos para este parque museístico, así en las fachadas de uno aparecen ruedas de diferentes medios de transporte, mientras que está en proyecto cubrir otro de los volúmenes con viejas señales viarias.
Otros arquitectos, en cambio, a la hora de proyectar se preocupan más por la sinceridad constructiva de sus obras como factor fundamental.

Para Joseph Lluis Mateo , el edificio ha de expresar lo que es y cómo lo es. Esta forma de concebir la arquitectura concede gran importancia a la estructura, como elemento organizador de la obra, hasta el punto de que uno de los objetivos es intentar que los “huesos” de edificio formen parte a la vez de su “piel”. 
Esto no quiere decir que Mateo despoje a sus obras de una componente poética, como demuestra en la Nueva sede para el Landeszentralbank en Chemnitz, Alemania, donde una idea subjetiva del arquitecto —que el edificio sea sólido y a la vez ligero, como un cubito de hielo—, se suma a las necesidades constructivas y de seguridad propias de un edificio de esas características. En esta obra el pasado de la ciudad cuna del movimiento obrero, hace que la construcción de un edificio emblemático del capitalismo, como lo es un banco, necesite de una reflexión profunda que enlace el edificio tanto con el pasado como con el futuro.

Para Yung Ho Chang , el edificio tiene que contar en el exterior qué es lo que ocurre en el interior, y para llegar a conseguirlo hay dos temas fundamentales que hay que tener en cuenta: el espacio (el referente al programa en sí y el urbanístico, que se genera al implantar el edificio), y el material, tanto de la piel como del paisaje. 
Cuando el estudio recibió el encargo para el Centro de desarrollo de Software para la Ufida R&D , en Beijing, China, se replantearon la forma de trabajar, y por tanto de relacionarse, de los futuros usuarios. Las rutinas de los trabajadores les hicieron pensar en la importancia de los espacios de relación, tanto interiores como al aire libre. 
Se crean espacios prototipo que se van alternando según las necesidades, intercalados con patios de diferentes tamaños a diversas alturas y zonas de terrazas. 
La conexión con la ciudad, tanto histórica como físicamente, es algo a tener en cuenta a la hora de proyectar. Los materiales de la piel del edificio, así como la cantidad, el tipo y el tamaño de las aperturas de fachada nos hablarán de lo que ocurre en el interior. Esto conlleva una investigación que se extiende hasta el momento mismo de la construcción.
Otra corrientede proyecto es la investigación de nuevos usos de elementos constructivos y materiales .

Uno de los principales exponentes de esta actitud es, sin duda, el japonés Shigeru Ban . Con el objetivo de dar rápida respuesta a las necesidades básicas después de grandes catástrofes, inició el desarrollo de una arquitectura basada en el empleo de elementos prefabricados, tubos de papel y materias primas fáciles de conseguir en la zona del desastre. El objetivo es la rapidez, la eficiencia y la facilidad de montado y desmontado de los elementos, al menor costo posible. 
Este uso de materiales en origen no constructivos lleva aparejada una técnica constructiva también diferente, en la que la modulación adquiere un valor mucho más importante que en otras formas de construcción.
Por último, en un discurso en el que se habla de procesos y métodos de proyecto, no deberían faltar los que, precisamente, defienden el no-método:

Método equivale a inflexibilidad, para los ingleses Sergison & Bates . El proyecto es una forma de investigación que nunca acaba, el propio proceso constructivo se toma como laboratorio de pruebas, en el que la tensión existente entre el concepto y la materialización del concepto es la que dirige el proceso proyectual. 
En su estudio diseñan de forma cooperativa, con debates e investigación, intentando acoplar el proyecto al lugar de forma anónima, sin pretensiones de convertirse en iconos. 
El proyecto de Centro de Artes Aplicadas en Ruthin , Gales, Reino Unido es el ejemplo elegido para explicar su proceso de diseño. Defienden, entre otras cosas, que el edificio debería ser formalizado de acuerdo con las actividades que se llevan cabo en su interior; que los materiales locales deberían ser relevantes para conectarlo materialmente con el lugar; que las condiciones exteriores influyen mucho en la resolución formal del proyecto.

Aquí concluye el rápido repaso a la gran variedad vista en el encuentro. Una vez acabadas las conferencias, y después de haber visto obras de estos 15 arquitectos, sus diferentes maneras de enfrentarse a un proyecto, queda patente que no hay una fórmula mágica para diseñar, ni un discurso con más validez absoluta que otro. Cada arquitecto crea su propio método a partir de su propia experiencia, de sus inquietudes, y por lo tanto se trata de algo se irá modificando a lo largo de toda su trayectoria profesional.Invito al lector a hacerse las preguntas que han movido a los organizadores del encuentro: 

¿Cuál es tu método? ¿Cuál quieres que sea?
Porque sí hay algo universal: la certeza de que sin preguntas, no hay respuestas.